El Valle del Jerte, Mejor Destino Rural de España

Esta semana nos despertamos con una noticia que ya sentíamos antes de leerla: el Valle del Jerte ha recibido el Premio Nacional de Turismo 2025 como Mejor Destino Rural y de Naturaleza. El jurado se reunió el 25 de noviembre en Madrid y dijo en voz alta lo que aquí se vive bajito cada día. No hace falta explicarlo demasiado si has estado alguna vez. El valle se entiende andando despacio. En primavera, el blanco no es un color, es una sensación. En verano, el agua se vuelve casa. En otoño, el monte habla con tonos que no caben en una foto.Y cuando llegan las cerezas, el pueblo se llena de manos rojas y conversaciones largas.

Este premio reconoce una forma de estar en el mundo. Un equilibrio frágil y muy trabajado entre cuidar y vivir, entre recibir y sostener. Reconoce a un territorio que no se disfraza cuando vienen a mirarlo.

El premio está impulsado por la Federación Española de Periodistas y Escritores de Turismo junto con Lassart Tourism, y reconoce al Valle del Jerte como referente en turismo rural sostenible y experiencia de naturaleza auténtica. El galardón reconoce una forma de gestión que entiende el turismo como una herramienta para proteger el territorio y sostener la vida del entorno. El Valle del Jerte mantiene su agricultura, protege sus espacios naturales y apuesta por un turismo que respeta los tiempos del lugar. Esa forma de mirar hacia adelante sin romper lo que ya funciona es parte de su fortaleza. Como ha destacado el presidente de la Mancomunidad,  Julián Elizo Muñoz:

“El Valle del Jerte demuestra cada día que es posible crecer sin renunciar a nuestra esencia; este premio pertenece a nuestras gentes y a su manera de entender el territorio”.

La Toza, dentro del valle

La Toza nace y crece aquí, como parte de este paisaje vivo. Somos un proyecto de coliving y coworking rural en el Valle del Jerte, pensado para personas que trabajan en remoto, artistas y creadoras que quieren desarrollar sus proyectos desde un lugar con raíz.

Nuestro impacto se da en lo cotidiano. En lo social, porque la comunidad se escribe a muchas manos. En lo económico, porque el pueblo se mueve cuando la gente se queda. En lo ambiental, porque cuidar el entorno deja de ser discurso y pasa a ser rutina.

El Valle del Jerte avanza sin perder su carácter.
Y La Toza acompaña ese camino desde dentro.